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Illinois una mujer demanda a las fábricas por exposición a sustancias químicas tóxicas

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Illinois una mujer demanda a las fábricas por exposición a sustancias químicas tóxicas

Una mujer a la que diagnosticaron cáncer tras vivir cerca de unas plantas de procesamiento de metales en Union, Illinois, presentó una demanda contra los propietarios de las fábricas. Alegó que durante décadas contaminaron "a sabiendas" las zonas circundantes con sustancias químicas tóxicas cancerígenas.

Dana Harper, de 44 años, vivió 26 años frente a fábricas de aleaciones y alambres. En 2017 le diagnosticaron un linfoma no hodgkiniano en estadio cuatro. Las instalaciones estaban situadas cerca de la Academia Evergreen, una escuela magnet para alumnos de sexto a duodécimo curso.

La demanda de Harper nombraba a varias empresas químicas, entre ellas Southern California Chemical Company, Inc; Techalloy Company, Inc; Phibro-Tech; y Central Wire, Inc. La Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA) ha investigado a todos los demandados por su conducta en el pasado. La agencia cerró una de las plantas de Southern California Chemical Company. Las instalaciones gestionadas por Techalloy y Central Wire también fueron objeto de un decreto de consentimiento por gestión imprudente de sustancias químicas tóxicas.

Según la demanda, dos plantas gestionadas por los demandados manipularon indebidamente y liberaron en el suelo, el agua y el aire compuestos orgánicos volátiles (COV), incluido el amoníaco, así como los carcinógenos establecidos tricloroetileno (TCE) y tetracloroetileno (PCE). El TCE se utiliza para desengrasar piezas metálicas y otros trabajos industriales. Sin embargo, sus efectos han sido tan peligrosos que la EPA sugirió recientemente prohibir el uso de este producto químico tóxico como desengrasante. El TCE fue declarado contaminante atmosférico en 1970 y se añadió a la lista de sustancias peligrosas de la EPA en 1976.

La demanda de Harper detallaba los resultados de los análisis del suelo y las aguas subterráneas realizados en la década de 1990. Encontraron niveles peligrosos de contaminantes bajo la planta y en pozos de viviendas cercanas. Acusó a las empresas de no proteger su salud y el bienestar de su comunidad, y afirmó que debían rendir cuentas por su mala conducta.

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