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El coche sin conductor de Google podría suponer un cambio histórico en la seguridad automovilística

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El coche sin conductor que está desarrollando Google puede ser la innovación más importante en la seguridad de los vehículos desde los cinturones de seguridad. Si Google cumple sus objetivos de reducción de accidentes de tráfico, millones de personas podrían salvarse de sufrir lesiones o morir y se ahorrarían miles de millones de dólares.

La tecnología del coche sin conductor de Google utiliza sensores y cámaras para detectar la forma física de la carretera, leer las señales y estar atento a vehículos y peatones. El coche utiliza los datos para ajustar la velocidad y la dirección y aplicar los frenos.

Sebastian Thrun, principal desarrollador de la tecnología de coches sin conductor de Google, ha afirmado que este sistema podrá reducir algún día los accidentes de tráfico en un 90%. En 2009, hubo aproximadamente 5,5 millones de accidentes de tráfico en Estados Unidos, con 9,5 millones de vehículos implicados. Hubo 33.808 muertos y 2,2 millones de heridos, 240.000 de los cuales tuvieron que ser hospitalizados.

El coste económico de los accidentes de tráfico también es enorme. La Asociación Americana del Automóvil (AAA) estudió los datos de accidentes de tráfico en las 99 mayores zonas urbanas del país y llegó a una estimación de costes de $299.500 millones. Extrapolando las cifras de la AAA, se calcula que el coste a escala nacional es de unos $450.000 millones. Esto incluye los daños materiales, la pérdida de productividad, los costes médicos y la disminución de la calidad de vida.

La audaz afirmación de Google es que su tecnología puede salvar casi 30.000 vidas al año en Estados Unidos, evitar casi 2 millones de lesiones y reducir los costes de los accidentes de tráfico en $400.000 millones anuales. La afirmación puede parecer extravagante, pero se basa en la simple realidad de que casi todos los accidentes de tráfico están causados por errores humanos. Las máquinas fallan, pero no tan a menudo como los humanos.

A escala mundial, el impacto potencial sobre la seguridad vial sería aún mayor. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se producen en el mundo aproximadamente 1,2 millones de muertes por accidentes de tráfico y casi 50 millones de heridos. Se prevé que el problema empeore. Para 2030, la OMS calcula que los accidentes de tráfico serán la quinta causa de muerte en el mundo, es decir, el 3,6% del total de fallecimientos. Esto supondría un aumento alarmante respecto a 2004, cuando las colisiones automovilísticas eran la novena causa de muerte en el mundo, con un 2,2% del total.

El concepto de coche sin conductor tiene implicaciones que van más allá de la seguridad. Google afirma que su tecnología también puede reducir la pérdida de tiempo durante los desplazamientos al permitir que los coches circulen más rápido y más cerca unos de otros, aliviando así los atascos. Según un estudio, los atascos suponen un gasto anual de 1.900 millones de litros de gasolina y 4.800 millones de horas de los conductores. En términos monetarios, eso equivale a $101 billones en gastos de gasolina y pérdida de productividad.

Además, los coches sin conductor podrían reducir teóricamente el número de coches necesarios en una comunidad, ya que el uso compartido de vehículos sería más eficiente. Al fin y al cabo, la mayoría de la gente sólo utiliza su vehículo a determinadas horas del día, por lo que la mayoría de los coches no se utilizan el 95% del tiempo. La tecnología podría tener un impacto positivo en la reducción de la contaminación, y los países en desarrollo podrían reducir el desarrollo intensivo en vehículos si se necesitaran menos coches.

Bob Briskman es un abogado de accidente de coche y Chicago abogado de accidente de coche con Briskman Briskman & Greenberg. Para más información, llame al 1.877.595.4878 o visite https://www.briskmanandbriskman.com/.

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